Uno de los vigilantes de seguridad es rumano. No parece formar un gran equipo contigo, y no deja de tocar las pelotas, imsistiendo en pedirte la documentación cuando estás trabajando. Es más, no duda en quitarte la razón, si la tienes, para exigirte el DNI, en tantas ocasiones como lo desee. Otra cosa es que, al negarte, venga con Piratones para correrte a bandazos, y que te tengas que ocultar, no vaya a ser que, literalmente, llegue tu sangre al río.
Lo mejor es no provocar un incindente diplomático; pero el culpable siempre lo será él. Ante todo, calma. Según mis fuentes, no actúa solo, y es un pequeño dictador con minúscula. Seguramente, lleva negocios sucios, y su manera de actuar es callejera, y no roza la chulería, la toca por completo. En fin, que de todo hay en la Viña del Señor, aunque la vid salga amarga o venenosa.
Vigilad al vigilante.