Me está llevando un año más. El PC se averió, y hubimos de comprar uno nuevo. La experiencia ha sido curiosa. No pienso en publicar. Disfruto escribiendo, mamando de los senos de la lectura y de la escritura, de la capacidad de hallar, en mí, a un escritor. De aquí, agradezco a Alejandro y a Israel, de los que estoy aprendiendo mucho. Alejandro me enseñó a encontrarme en mi identidad de escribidor, con unas palabras la mar de sencillas: La escritura no sirve de nada. Se refería a que la escritura es una interpretación, y que es arte en cuanto se rompen las reglas. En este borrador, quise romper las reglas, de tal suerte que, en algunas ocasiones, el afán de escribir, consiste en disfrutar.
Dos años me está llevando acabar el final. Las últimas páginas del borrador (3), en donde la mayor parte del barco ya está fabricado en el astillero. Además, en las últimas páginas, que son añadidas a las originales (90 páginas, según el plan original) me di cuenta de que tenía que redondear con una coronación (no malpenséis, lectores) la hazaña con esas tres páginas especiales, que son importantes para mí. He logrado llegar al final. Ahora, sabiendo que es un borrador, me tomo mi tiempo.
Los personajes son conocidos, y juego con eso. En esos dos años, consultaba La Odisea y La Ilíada, para mostrar a los personajes, que son conocidos. El narrador, que no soy yo, es un rapsoda pésimo, pero disfruto, he disfrutado, escribiendo las noventa páginas originales. Una suerte, desde luego.
Y, ahora, ya seguiré otro día.
Saludos a los lectores y usuarios de este Blog, que seguramente, he perdido, y a los que se han quedado, y me siguen. I'll love U 3000.