Y parece que hayan pasado mil años...

Sí, mil años desde que abandoné, temporalmente, la escritura de este blog. En parte, porque Internet dejó de funcionar. En este caso, el programa y sistema digital de la Biblioteca. De manera que he pasado el mes anterior y este con lo único que me distrae: leer y escribir en mi Cuaderno de Notas, en mi portátil. En este tiempo, he vivido casi una tragedia, porque no podía venir aquí, pero lo he superado con paciencia. Sí, esta metáfora ha valido la pena, pues me ha permitido leer con tranquilidad, y a conocer al Acer sustituto del Toshiba. He aprendido a sacarle partido al Office Word, y al archivo le han aumentado los Kb, que es como decir que ha subido de peso. Como yo, más o menos. Ahora retomaré la escritura, pues, más adelante, os informaré sobre la última película producida, dirigida y protagonizada por Stallone. Por cierto, que es sólo nutricia. Hollywood no deja a Stallone fuera del negocio, porque Stallone es un nombre y, aunque digan que el pone el dinero, es una falacia. Stallone pide dinero, y se lo dan. Creo que su productora, o de la que es socio es Lionsgate, especializada en producir cintas acción y entretenimiento. Da la sensación de que, en la película han escogido a los actores que había en Geriatricostar, por lo que se ve una película un tanto que se sale de lo corriente. Pero aviso: Ni Stallone es un buen actor (se lo meriendan Statham y Rourke), ni Lundgren está a la altura en su papel de traidor. Pero, bueno, ya informaré en su momento. La dirección es pasable, y el guión se salva, pero es como ver una película de dibujos animados de los 80 acelerada, y que cojea, algunas veces, en su argumento, que es previsible y una tontería. En fin, ya desarrollaré estos puntos en una entrada futura.