Cuando parece...

...que todo iba a salir recto, resulta que se tuerce. Es más, el viaje que hizo un amigo le salió bastante trágico. No hay más que ver el terstimonio del mismo, que llegó muy perjudicado en su vuelta del viaje. Los hechos no están nada claros: una monitora lloró, y de las veinte personas que fueron durmieron en habitaciones de tres camas compartidas. Es decir, dos en cada cama, sin contar el consumo de cafés, e insomnio que padeció el desafortunado, que no parecía él. El misterio se vuelve aún más enigmático, cuando resulta que no todo estaba claro, o nadie se ha pronunciado. Y este amigo, del cual no revelaré su identidad, no hace más que pedir perdón doscientas veces, cuando ya no hay nada que perdonar, y sí buscar algún tipo de explicación sobre lo que aconteció en ese extraño viaje, que no lo ñpodrá resolver ni Iker Jiménez.