Entradas Universales

domingo, 24 de noviembre de 2019

Black Friday + My Fav New Black VelvetViper Outfit!

NADAR Y GUARDAR

¿Qué estamos perdiendo, además de la ropa?
Hemos perdido los valores que estamos tratando de no perder. Nos quedamos desnudos ante los acontecimientos que nos devoran. Hechos y efemérides de falsa bandera. Condiciones adversas, y las inundaciones y continuos y continuados avisos de la NASA por la amenaza marciana de los meteoritos, que llevan pasando desde hace tiempo, y no ha chocado ni uno. Porque la NASA tiene su propio equipo Armagedon. Como el de Bruce Willis, pero no sé en qué versión. Enviarán un satélite con explosivos para reventar el meteorito JF1. Lo veremos estallar en los cielos antes del 2022. O eso,o como sucede en la serie de El último hombre en la Tierra. Desde luego, nuestra existencia es una broma continua, creciente y absurda. Pero no hay que alarmarse. Al final, no sucederá nada. Llegaremos al 2022 tan enteros como estamos ahora.


sábado, 28 de septiembre de 2019

jueves, 22 de agosto de 2019

viernes, 26 de julio de 2019

miércoles, 26 de junio de 2019

Tangencias ocasionales

Que, en ocasiones, el pensamiento vaya por un lado, y las reglas por otro, es un cosa. Eso no significa que debamos dejarlo de lado. El pensamiento puede ser erróneo, o el correcto, erróneo, también. Se suele meter la pata desde el principio, pero nadie es culpable de nada, por supuesto, y eso es una ventaja. Podemos equivocarnos, y equivocarnos siempre, y siempre continuaríamos equivocándonos hasta el infinito. Eso no nos perjudica: nacimos equivocados hacia la muerte, y eso es una verdad que no ha lugar a dudas.

Cuando, en cierto momento, nos damos cuenta de lo breve que es la vida, empezamos a mejor no pensar en ello. Si tienes 18 años, y estás leyendo esto, mejor déjalo. Aún eres joven para pensar en las limitaciones de la existencia. Es a partir de los 40 cuando uno se pregunta qué es el mundo y la muerte. Y merece la pena o no.

Poco importa que otro piense diferente, No es aceptable que el otro deba decirte cómo hacerlo. Sé tú mismo, pues.

lunes, 10 de junio de 2019

Cuando la memoria no falla, y el resto piensa lo contrario

Tengo recuerdos del pasado. Recuerdos que son sólidos. Si no los hubiera vivido, no los recordaría; pero fueron traumáticos, dolorosos, tormentosos, y, encima, el dolor de los dolores más extremos. Me dolieron, sobre todo, que no me creyeran. Pero el dolor está ahí. Tal como Ken Kesey, también fui un cobaya, pero para el desacato del médico loco de turno, que espero haya muerto y reventado. Ante el sufrimiento de los demás, a nadie le gusta, nadie empatiza, y si empatiza, lo hace con sinrazones, de tal suerte que, al final, es sufrimiento es más pesado.

Ingreso en un manicomio de los muchos que hay en la Comunidad de Madrid. Finales años 90. Me toca un celador despreciable, me ponen en una habitación con polvo y muebles viejos y desvencijados; me dice que no me darán el alta porque de lo contrario me haría famoso y vendría la tele y la demás jodienda. Ganas me dieron de arrancarle las entrañas.

Siempre nos despertaban a las cinco de la mañana, para dar paseos como zombies. Siempre el mismo pasillo de paredes blancas, de puertas blancas y de personal estúpido e idiota. Cansado de la medicación, atontado por las drogas de estos seres del averno; y siempre lo mismo. Monotonía y atonía. Nada en la Nada más absoluta. El agua que sabe amarga, sabe mal. Comento al celador: sabe a meados. Este se calla. Hace su trabajo, pero es un capullo en conserva y con plumas de caballo.

Todo penoso. Me consumí en la monotonía y dolor más absurdo. 

martes, 28 de mayo de 2019

A punto de acabar el borrador de mi primera novela corta, y días de meditación

Me está llevando un año más. El PC se averió, y hubimos de comprar uno nuevo. La experiencia ha sido curiosa. No pienso en publicar. Disfruto escribiendo, mamando de los senos de la lectura y de la escritura, de la capacidad de hallar, en mí,  a un escritor. De aquí, agradezco a Alejandro y a Israel, de los que estoy aprendiendo mucho. Alejandro me enseñó a encontrarme en mi identidad de escribidor, con unas palabras la mar de sencillas: La escritura no sirve de nada. Se refería a que la escritura es una interpretación, y que es arte en cuanto se rompen las reglas. En este borrador, quise romper las reglas, de tal suerte que, en algunas ocasiones, el afán de escribir, consiste en disfrutar. 

Dos años me está llevando acabar el final. Las últimas páginas del borrador (3), en donde la mayor parte del barco ya está fabricado en el astillero. Además, en las últimas páginas, que son añadidas a las originales (90 páginas, según el plan original) me di cuenta de que tenía que redondear con una coronación (no malpenséis, lectores) la hazaña con esas tres páginas especiales, que son importantes para mí. He logrado llegar al final. Ahora, sabiendo que es un borrador, me tomo mi tiempo.

Los personajes son conocidos, y juego con eso. En esos dos años, consultaba La Odisea y La Ilíada, para mostrar a los personajes, que son conocidos. El narrador, que no soy yo, es un rapsoda pésimo, pero disfruto, he disfrutado, escribiendo las noventa páginas originales. Una suerte, desde luego.

Y, ahora, ya seguiré otro día.

Saludos a los lectores y usuarios de este Blog, que seguramente, he perdido, y a los que se han quedado, y me siguen. I'll love U 3000.