Lo contrario de la destrucción: imagen edificante |
Es demasiado fácil impartir y repartir profecías sobre el final de nuestro mundo, la Tierra, como si se fueran a cumplir del todo, y que luego, como siempre, se queden en un susto. Ya es cansino. Eso de que nuestro mundo se acaba, porque sólo les interesa a unos pocos, que sacan provecho de una serie de informaciones que resultan ser bulos. La sensación es que nos quieren meter miedo en vena, y no es una estrategia óptima, porque les puede salir mal. De hecho, se mueven por intereses económicos, y destruir la Tierra, sólo porque estamos evolucionando rápidamente, es típico de seres nazis, corruptos, envidiosos y regresivos. Deberían dejar vivir, pero se divierten causando dolor. Sadismo cósmico.
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