Indicios que se ven |
La información es tan importante para un escritor, como para un investigador, pero si se tira del hilo, este se pierde, o puede llegar a romperse, o no ser un hilo y no ser nada. Lo mismo sucede cuando se busca a una persona, o personas. Si la información es escasa, no es posible empezar, puesto que, aún empezando con una serie de indicios, aún siendo numerosos, probablemente, la solución está cerca, pero si son escasos, la investigación del escritor muere poco antes de empezar, y la deducción, que contiene millones de probabilidades, en realidad, se pierde en las tinieblas y en los abismos de las hipótesis, de manera que no se llega nunca a nada, o a poco, porque la información si es escasa, no sirve, como, por ejemplo, ignorar el apellido de un nombre común.
Muchas personas tienen nombres comunes, pero si falta el apellido, la pérdida o búsqueda de la misma se complica, porque habrá centenares o millares de personas en el censo, con el mismo nombre. Entonces, el lío ya está hecho, y la oportunidad de deducir se complica. Y se pierde, pero el tiempo. En la nada siempre hay algo, pero nunca puede extraerse nada de la nada. Y lo perdido, perdido está.
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