Una distracción entre tanta crisis caníbal-monetaria |
Este mes no ha sido, precisamente, un lecho de rosas. La crisis sigue empeorando, sacando lo peor de nosotros mismos, y nos están estrangulando desde Bruselas y, ¿cómo no?, Alemania. El caso es que el dinero se lo han quedado los Bancos. No hacen otra cosa que sacar tajada, mientras el desempleo crece, y los magnates se vuelven más opulentos. Hay guerras para que los Bancos engorden sus arcas y que sigan alimentados por la sangre de los empleados, a los que envían a la cola del paro, como meros recursos nada humanos. Somos números, según ellos, y se pueden eliminar. Me pregunto que pasará cuando su codicia y sus crímenes les estallen en la cara, todo junto, y se vean en la tesitura de que las leyes que han escrito, que se las saltan los primeros, les pasen factura dentro de seis o siete años. Será mejor poner sus cabezas en picas, como hacían los romanos. Es el único trato que se merecen.