Desde otro ángulo... |
Para Funes, demasiada memoria era peligroso. No podía pegar ojo porque lo recordaba todo, desde los ángulos más complejos, y acontecía que el tiempo no transcurría igual, sino de una manera más pesadillesca. Pero, merced a que nuestra memoria nos sirve para aprender, a Funes le pasaba todo lo contrario, porque no aprendía nada, sólo datos que se convertían en entes demasiado reales. Pero, al final, Funes murió por recordar demasiado, y no saber integrarlo en el olvido. Nosotros seguimos el camino opuesto, olvidamos para aprender, recordamos para corregir. Y, sin embargo, estoy seguro de que Funes, el personaje borgiano de la memoria eterna, no cometió jamás delito alguno. Sencillamente, porque no era un dios, sino un humano demasiado humano, citando a Nietzsche.
No hay comentarios:
Publicar un comentario