Trabando conocimiento |
Por mucho que lo intentemos, cuando disponemos de muchos saberes, para que coincidan, han de mostrarse de acuerdo, puesto que se combinan de una manera o de otra; también, estos se condenan al más completo anonimato, porque hay dudas, y estas dudas son peores, según el paso del tiempo, hasta tal punto que, aún no siendo saberes completos, porque se trata de especialidades, el aislamiento es más absoluto.
La división de conocimientos amplia con sorpresa nuevos datos; mas, cada uno en su rama, y esta vuelve a dividirse o multiplicarse, con defensores a ultranza y detractores absolutamente intolerantes. Después de todo, el conocimiento se basa en datos y pruebas de errores y aciertos, y eso es más o es menos. ¿Hasta qué punto sabemos que, tras la muestra o demostración, ese conocimiento adquirido es absoluto? Después de todo, el conocimiento oficial no es absoluto, contiene errores y, de alguna manera, la situación es peor. ¿Estamos seguros de esas pruebas, o se trata de un fraude, que quiere que los datos, calibraciones y mediciones cuadren?
En la ciencia, por poner un ejemplo, se han dado muchos casos de estos, y futuros premios Nobel, han hundido su carreras por fraudes que nada tenían que ver con esas muestras, porque se lo inventaron todo en su momento. Es la hora de preguntarse sobre los conocimientos estipulados son ciertos, o sólo estratagemas falaces para mantenernos en la ignorancia más absoluta.
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