Todos conocemos este rostro. Es alargado, de frente despajada, barba poblada, escritura brillante. Sobre todo, brillante, hasta el punto que hechiza, y recordamos el Callejón del Gato, y de Max Estrella, el personaje más esperpéntico, con un destino, quizás fatal, en donde este señor, nos mostró incluso su peculiar manera de ver la política y la dictadura en su Tirano Banderas, hasta tal medida, que como artesano de la lengua hace experimentos con el lenguaje y contorsiones con la escritura. Es más: yo conocí la obra de Valle-Inclán, gallego extremo, y de humor fiero, gracias a su Tirano Banderas. Para Valle contaba (todavía cuenta) el lenguaje que construye la historia, los personajes, y la expresión. Sobre todo, la expresión, como se moldea la escritura, al servicio del Arte, y se eleva, con los contornos de las pinturas que el lector plasma en su imaginación. Valle es un valle literario muy extenso, con árboles y su propio ecosistema de los personajes que, no por imposibles, no dejan de ser posibles. O, como postulan los escritores de ahora, tanto americanos como europeos, que, y servirá para Valle-Inclán, su obra forma parte del sueño de la ficción, pues, siendo ficción, no es menos real.
Eight days a week... I love you
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He perdido a algunas personas muy queridas para mí. John es uno. Se fue
hace muchos años un día como hoy. Le quería y todavía le quiero. Es algo
inevitable...
Hace 12 años
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