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domingo, 16 de octubre de 2011

Un Conan bastante eclipsado

Sí, lo pongo por escrito. Hay que tener coraje para decir que la versión de Conan el Bárbaro, con el hawaiano Jason Momoa, mejora el producto. La presentación con que empieza la película es lo más soso y aburrido de la cinta. Momoa habla más en su papel de cimmerio. Más que el propio Schwarzenegger, si comparamos ambos filmes. Y lo de la Máscara de Aquerón, una tontería más para la mitología del norteño, que no tiene nada que ver. Durante el transcurso de la cinta, sólo ansiaba que terminara de una vez. Hay más acción, pero en dosis muy pequeñas, y que son un lastre para el desarrollo de la cinta. Estupenda Nichols en su papel de Tamara, que tampoco habla mucho, porque son parcos en palabras, culpa de los guionistas. El director, en una entrevista, alegó que era respetuoso con las novelas de Howard. No se ve nada original de su autor en la película, por muy fiel que sea al personaje y su literatura. Se puede decir que Conan ha muerto, para no resucitar nunca; pero, el final, lo más seguro, de la cinta, deja la puerta abierta a una secuela o dos. Que Crom les bendiga, pero yo les escupo en la cara, por haber filmado un producto soso, y demasiado políticamente correcto. Luego, dicen que John Milius era fascista. Ya, hombre, y el Conan de Jason Momoa, es un ama de casa. Ver para creer.

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