Quédate hipnotizado, despierta, y no te vuelvas idiota |
Viendo series de dibujos animados de hace años, cuando yo era un crío, o de antes de mi nacimiento, uno se sorprende de la ingenuidad de los guionistas. Los dibujos animados de ahora no son tan inocentes, pero tienden al atontamiento. Por lo menos, en los 60, 70 y 80, los problemas eran más reales, aunque se refirieran al sexo de tapadillo, o lo explicaran de otra manera. Los héroes son los mismos, pero la mentalidad, más que sufrir un avance, le ha acontecido un retroceso. Las historias son las mismas, pero salpicadas de violencia. Si un personaje moría, lo hacía sin sangre, y eso es un avance; ahora es lo contrario: muere, y su final suele ser espectacular, y nada shakespeareano, y luego, que se dedican a controlar a la infancia, pero del pasado, se encuentran las semillas del futuro, porque la informática, la realidad virtual, ya se vislumbraba en los 60 y 70 del siglo XX. Hemos progresado, pero nos hemos vuelto más idiotas.
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