Red Sonja, cortesía de Julius Zimmerman, rompiendo brillos y oropeles |
Reflexionando sobre los hechos de la noche anterior, he comprobado un dato cierto: no soy un fanático de nada. De hecho, me dedico a seguir mi camino, y los afluentes hacia los que llego, y que me aparto, no me indica que permanezca mucho tiempo en el mismo sitio.
Si la noche anterior tocó un grupo de mi adolescencia, y me divertí, y aún conociendo parte de las canciones, tampoco soy un fanático de dicho grupo. Además, equivale a que mis caminos se cruzan y se separan, y eso no me convierte en fan de nadie.
Jamás he ido a un concierto de rapero alguno, o de estrella del pop, y no levanta mis pasiones, porque soy, generalmente, demasiado tranquilo, y que el brillo de las joyas y los oropeles, nunca me han fascinado. Después de todo, hay demasiado brillo en el exterior, para ver la verdadera razón del interior, que no brilla tanto, o es una joya de otra manera.
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