Este libro ya lleva tiempo en las Bibliotecas. La autobiografía de Arthur Schnitzler, un médico vienés de origen judío. Snitzler cuenta su vida y como convivió con su carrera de médico, mientras se forjaba como dramaturgo y escritor. Hay de todo: una suerte de anécdotas alegres, algunas un poco quijotescas, y muchos visos de un Don Juan muy poco caústico, aventuras de juventud, y su despertar a la escritura, en donde el mismo Schnitzler reconoce que sus primeros intentos fueron fallidos, y su padre le instó a estudiar la carrera de Medicina, y a escribir, después. Por suerte, esto lo llevaba sin resignación, pues hubo momentos en que no escribió nada. Sin embargo, he encontrado un defecto en este autor: sus palabras u obras, de alto contenido antisemita, es posible que él, siendo judío, lo admitiera a medias, sus obras inspiraron al nazismo y que, de manera inconsciente o no, sirvió de trampolín para una literatura que vendría después, pues Schnitzler en sus obras teatrales o novelas, introduce algunos efectos que, desde luego, parecen incomprensibles. En estas memorias, escritas a los 35 años (o como dice Borges, que alguien que escribe a los 35 años, sus memorias, indica que no ha vivido lo suficiente) muestra el mundo de Viena, y su pertenencia a la clase burguesa, pudiente, y, respecto a los amigos que va haciendo por el camino, demuestra una serie de perfiles psicológicos en tres o cuatro líneas, y como abandonó, poco después de licenciarse, una carrera de médico que lo llevó a la literatura, no precisamente, por la puerta grande, que llegaría después, si no a partir de modestas publicaciones, y escenificación de obras teatrales. Quedan confirmadas en esta Autobiografía, Juventud en Viena, el patente amor del dramaturgo, por la escritura. Y eso, a pesar de que su padre, un médico eminente, no estuviera de acuerdo con el camino literario de su vástago.
Eight days a week... I love you
-
He perdido a algunas personas muy queridas para mí. John es uno. Se fue
hace muchos años un día como hoy. Le quería y todavía le quiero. Es algo
inevitable...
Hace 12 años
No hay comentarios:
Publicar un comentario