Esta imagen me ha impresionado desde que era pequeño. Calculo que tendría siete u ocho años. Richard Donner, el director, sabía que hacer en ese momento: la imagen de un planeta a punto de dar los estertores finales. Y ese momento es mágico, queda grabado en la retina por mucho tiempo. Impresiona, porque es una imagen efímera. Krypton está a punto de desaperecer, y es imposible retrasar la agonía. Cuando llega el momento, Jor El se despedirá de su hijo, y morirá con su esposa. Lo grande se vuelve inmenso, y lo inmenso queda reducido a la nada. Sobran las palabras, y la imagen lo dice todo. Desde luego que, Richard Donner, conoce muy bien al público, y sus deseos, y aunque la imagen no es boyante, queda la satisfacción de que Krypton, cristalizado, azul, pronto se volverá verde y mortal. Y que un salvador está a punto de integrarse en un mundo que no es suyo, que lo adopta, y es primitivo.
Eight days a week... I love you
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He perdido a algunas personas muy queridas para mí. John es uno. Se fue
hace muchos años un día como hoy. Le quería y todavía le quiero. Es algo
inevitable...
Hace 12 años
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