Eran bajitos, y destacaba el pigmento azul de la piel, y el cabello excesivamente blanco. Se habían reunido casi todos. Todos habían sido testigos de la creación y destrucción de distintos mundos, del caos y de la miseria, y el grito de civilizaciones que quedaban reducidas a cenizas, después del crepúsculo de la batalla. Idearon a los Green Lantern Corps para mantener vigilado cada sector, porque sabían que, en el pasado, también ellos habían sucumbido a la ambición, merced al poder tecnológico y el progreso, que dividió en dos mitades una misma raza, que se negaron a establecer un vínculo de cooperación. La pesadilla de H. G. Wells convertida y transformada en realidad. No permanecían en silencio; pero sí discutían sobre Parallax. Se preguntaban por qué a vueltas con el mismo tema; siempre lo vencían, pero, con cada nuevo regreso se hacía más fuerte. Un descendiente directo de Kal El, no ayudaría nada. Habían obtenido información sobre el terráqueo-kryptoniano, y no les infundía seguridad. De hecho, Kal El tuvo que pedir ayuda, hace más de seis mil años, a Kal Rayner, y casi provoca el desequilibrio espiritual de todo el Universo, y de los distintos sectores. Comprobaron que el kryptoniano por excelencia nunca fue fuerte; pero les sorprendió saber que su nobleza lo superaba. Con eso había ganado puntos, porque carecía de afán de protagonismo. Pero este Strike!, ¿era de fiar? Apenas había sido instruido, y dudaban que el anillo lo eligiera para esta batalla que se libraba desde siglos: Destruían a Parallax, y la criatura interdimensional, regresaba con nuevos bríos. Dudaron, platicaron, extrajeron conclusiones, y el más oaciano de los oacianos, decidió el veredicto: Démosle una oportunidad, es joven e impulsivo, pero madurará con la experiencia. O no. La respuesta fue afirmativa. Lo que sucediera después, quedaría grabado en las Crónicas de Oa. Dependía, ahora de los Green Lanterns y de un Strike! novato y aún verde, en estas lides.
Eight days a week... I love you
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He perdido a algunas personas muy queridas para mí. John es uno. Se fue
hace muchos años un día como hoy. Le quería y todavía le quiero. Es algo
inevitable...
Hace 12 años
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