In fraganti, y sin esperarlo |
Y seguimos. Se repite la misma historia de siempre, pero en esta ocasión, la burbuja política ha estallado y, desde luego, se veía venir. Al final, un centenar o más están cayendo. El embusterismo se cobra sus víctimas, y suerte tenemos, porque las mentiras tienen las patas muy cortas, y la hora ha llegado. Desde luego, lo mejor, es no votar. No han de hacerse ricos con nuestros votos, porque, además, la corrupción ya aburre. Siempre lo mismo. Por lo menos, deberían ocuparse de los ciudadanos, y no de sus bolsillos, de ahogarnos, dejarnos sin trabajo, sin empleo, a la deriva, y luego, que al embustero, siempre se le pilla. Más tarde, o más temprano.
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