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sábado, 5 de noviembre de 2011

Batman Eterno

Suelo ser seguidor de los héroes de la Marvel y de la DC. El año en que estrenaron Batman Forever, dirigida por Joel Schumacher (Jóvenes Ocultos, El Fantasma de la Ópera... ) y protagonizada por Val Kilmer, Chris O´Donnell, Jim Carrey, Nicole Kidman y el último actor se me ha escapado, Tommy Lee Jones. Recuerdo que fui al desaparecido Palacio de la Música hasta arriba de medicación por la crisis y el brote esquizofrénico que resultó ser más que un brote, una herencia. Me costó mucho el viaje en el Metro, que me angustiaba, y la inseguridad que sentía, la respiración agotadora y acompasada, la sensación de que el mundo era otro, o que mi percepción disminuía. Tuve mucha suerte, a la hora de utilizar la paciencia. Llegué al cine, pagué la entrada, y entré. Era por la tarde, y me preocupaba que anocheciera, hasta el punto de que temía llegar tarde a casa, y mi angustia crecía como una bola hielo con las capas más sólidas y tremendas. Resultó que el colorido de la película me hizo olvidar, durante las dos horas que la vi, y me distrajo de la angustia que me cortaba como un bisturí. Aunque afirmen que la cinta era un despropósito, a mí me pareció que mejoraba la mitología del Murciélago. Durante las dos horas largas que duró, no salí de la sala hasta ver el útimo título de crédito. Hasta ahora, pienso que la película guarda tesoros, en el apartado visual, que han utilizado películas posteriores, como El Club de la Lucha y que, esa iluminación, tétrica kitsch y oscura, ha seguido hasta ahora. La película me acompañó en ese momento, en que me sentía deshauciado como persona, y envidiaba a los sanos, que, en ocasiones, desconocen la naturaleza del otro, ignorándola. No todos, aclaro.

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