No necesita órdenes divina, ya tiene |
Parece una pregunta tonta, pero esto abarca más allá de la psicología, la teología y la angelología, que ya es decir. Existen los demonios interiores, que suelen turbar nuestra mente y espíritu, que se asocian a los peligrosos fantasmas del pasado que suelen volver a fastidiar la tranquilidad, con el consiguiente arrepentimiento por la falta. El pecado, la idea del pecado, es reciente. No existe. Es una falta, y es responsabilidad del que provoca tal falta. Llamarlo pecado es exagerar. Es como imponer un fiscal a algún creyente, y atarlo de por vida a una condena que no es de un dios superior, sino sólo suya.
Luego están los demonios de la conciencia: son los que se ocupan de recordarte que el acto que acometerás en el futuro implica muchos riesgos. Suelen ser peores que los jueces o magistrados reales, y al final, gana la conciencia. Una suerte.
Y luego, demonios inferiores, que son espíritus o seres del bajo astral, o del inframundo. ¿Es posible matarlos? Lo dudo. Se les derrota con la fe. Pero la fe, en estos tiempos, está perdiendo mucha fuerza. En las redes sociales es la moneda de cambio para reclutar a incautos. No hagas caso de esto, que las muertes provocadas por Dios, están justificadas. ¿Tanto como la interminable Guerra Santa islámica? No. En realidad, esos reclutadores deben de trabajar para ellos, pero no es posible justificar las muertes que ocurrieron hace miles de años, cuando fueron ejecutados por orden "divina". Matar a otra persona porque un dios lo ordene, y hacerlo ciegamente: absurdo. No cabe en cabeza humana, si es que hay cabezas humanas.
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