Mejor que una pócima, sin duda |
Siempre que me toca visitar la Farmacia que hace esquina con la Plaza de los Hnos Falcó y Álvarez de Toledo, en ese mismo establecimiento, de pócimas y oscuros venenos, siempre me cambian la caja de mi medicación. Vienen con la caja de la marca de siempre, y de pronto, la cambian, con el consiguiente perjuicio para mi organismo. Lo hace a mala idea, y suelen atender mal, porque están desesperados por cobrar una buena suma, en vez de cobrarle al Estado. En realidad, hay tal Mafia en ese establecimiento, que no me extrañaría que vendieran veneno de sapo, y algún que otro tóxico fuera de la Ley.
Ya me perjudicaron con un Ibuprofeno, en donde mi hemorragia gastrointestinal, casi me provoca la muerte. Sobreviví, y han vuelto a las andadas. Intentan enfermarme a toda costa. De hecho, actúan igual que la ramera gorda de la patrona: cambian la caja en el último momento, y en esta ocasión, pregunté si me iba a sentar mal. El capullo del dependiente, me respondió que contenía el mismo principio activo. Seguramente, lleva el mismo veneno activo, y es posible que el cambio de envase sea perjudicial.
Desde luego, esa Farmacia o Botica de Alquimistas Charlatanes, debe de guardar más de un cadáver, que los expondrán a los turistas cuando venga de Alaska o de los EE UU.
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