Gerald Durrell aconseja llevar siempre a mano una serie de libretas o cuadernos de notas. Tiene mucha razón cuando dice que la memoria siempre falla, y que esta es una mediocre almacenista de recuerdos, observaciones e ideas. La libreta ha de estar siempre junto a uno, y escribir en el momento, o anotar alguna escena interesante. Incluso los dibujos pueden adaptar el texto, o la observación, hasta el punto de que la anotación es muy valiosa para un trabajo futuro. Siempre llevo mi cuaderno de notas, para ver uy obersvar, cuando leo en el parque, o medito en el autobús, o me llevo otro cuaderno cuando tengo pensada alguna futura novela; pero aquí, el trabajo es más lento, y no siempre agradecido: llegan muchas ideas, pero ninguna es válida. En la imagen, una suerte de libreta anotada, en donde se narra un día. Son observaciones de naturalista, pero sirve igual. Desde el mismo momento en que se escribe, ya se puede ser escritor; pero con matices. Por ejemplo, las notas siempre son imperfectas, y ya se pulirán para un trabajo más grande. Pero todavía no he terminado ninguna novela. De momento me quedan unos diez mil años. Más adelante, ya se verá.
Eight days a week... I love you
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He perdido a algunas personas muy queridas para mí. John es uno. Se fue
hace muchos años un día como hoy. Le quería y todavía le quiero. Es algo
inevitable...
Hace 12 años
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