Último suspiro de Spanair

Me acabo de enterar por las noticias y en la Red. Nunca me ha gustado la filosofía empresarial catalana; pero creo que ha habido intereses políticos y comerciales. Claro que, estoy seguro de que los responsables se llevaban las subvenciones, mientras que los empleados tuvieron días y meses grises, en que tenían que rebelarse para cobrar. No es una desgracia, es algo más, una tragedia griega, y de las peores, en donde pierden los empleados. La flota de Spanair ya no surcara los cielos. Creo que, en este caso, ha sido una estrategia de la Generalitat, con su intención poner dinero para caras embajadas catalanas, que no las necesitamos ni nos hacen falta, y que el cabezabuque de Artur Mas, suerte de Máscara (The Mask) sonriente y exigente, quien ha decidido cortar por lo sano, y aumentar el número de parados de toda España, con una tragedia como esta. Por suerte, la Ministra de Fomento se ha puesto a trabajar, y ha esclarecer ciertos puntos oscuros. Sí, esclarecer, porque aclarar no lo veo yo muy claro, puesto que son los empleados, y no los sinvergüenzas de los empresarios, quienes han salido perjudicados, y han perdido una estabilidad que, por lo menos, debería estar asegurada.