Lo que viene lo dejo a la imaginación (en la sugestiva imagen) |
No es, precisamente, de risa, la manera en cómo se han librado aquellos políticos impresentables que han decidido destituir a jueces que, al parecer, eran honorables, sólo para seguir delinquiendo. No es agradable que, algunos inocentes que entran en prisión, paguen por los falsos justos, cuando carecen de recursos, o no tienen amiguismos. Y tampoco es agradable saber que, en ocasiones, las leyes sólo se las han impuesto a los ciudadanos, y a los políticos se les respalda, mientras al ciudadano que ha votado, se le limita hasta su derecho a emprender un negocio, o conseguir un empleo, y que los que menos tienen, se queden con menos aún, y que se ha destruido, o destruyendo, con tanta subida de impuesto impuesta (es una redundancia jocosa) hasta que, mientras el mundo siga así, sólo sabemos que nos están manipulando. Pero algo les ha quedado a estos títeres del poder: que el ciudadano se ha cabreado, y seguirá así, aunque lo encierren o le amordacen, porque podrán quitarle la vida, pero no podrán arrebatarle, ni la libertad, ni que pida porque le devuelvan sus derechos, sin la obligación de tantas obligaciones.
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