No es imperfecta, ni diferente... |
Me refiero a que nosotros seamos del sexo que seamos, pensemos como pensemos, o hagamos las cosas, buenas o malas, de una manera muy particular, somos unos laberintos de seres que intentan comprenderse, pero que, a largo plazo, no llegamos a comprendernos del todo. Las razones suelen ser muy variadas, y casi siempre, con intereses que no nos llevan a ninguna parte. Claro está, o no tanto, que, como materia, siempre intentamos tener más, y seguir pidiendo más, hasta tal punto que la situación se vuelve insostenible. Tener más no es la meta. De hecho, aún siendo más que materia, nos olvidamos de las raíces que nos unen, el fondo común que compartimos, ese fondo común espiritual que nos ha sido concedido desde el nacimiento y que, en cierto sentido, nos pone en contacto con nuestro interior.
Como seres humanos hemos desarrollado una cantidad respetable para comprender ese complicado laberinto que somos. Técnicas de meditación, de misticismo, de saberes para comprender no sólo lo que nos rodea, sino esa misma capacidad para tener en cuenta que somos algo más que nuestros ojos ven, o que no ven, porque seguimos, en ocasiones, igual de ciegos. Pero lo intentamos, fracasamos. algunos nos rendimos durante algún tiempo, pero la Sabiduría siempre nos sale al paso. Y no es excusa decir: cometemos errores porque somos humanos. No sirve. En realidad, cometemos errores, no por humanidad, sino por imperfección, y ese mismo defecto, por una parte, nos convierte en perfectos. Perfectamente tontos, quizás, pero nuestra tontería es excusable, dado que nacimos con ciertas limitaciones. Es nuestro sino porque en tiempos pasados nos lo arrebataron.
Ahora es el momento de recuperarlo.
Como seres humanos hemos desarrollado una cantidad respetable para comprender ese complicado laberinto que somos. Técnicas de meditación, de misticismo, de saberes para comprender no sólo lo que nos rodea, sino esa misma capacidad para tener en cuenta que somos algo más que nuestros ojos ven, o que no ven, porque seguimos, en ocasiones, igual de ciegos. Pero lo intentamos, fracasamos. algunos nos rendimos durante algún tiempo, pero la Sabiduría siempre nos sale al paso. Y no es excusa decir: cometemos errores porque somos humanos. No sirve. En realidad, cometemos errores, no por humanidad, sino por imperfección, y ese mismo defecto, por una parte, nos convierte en perfectos. Perfectamente tontos, quizás, pero nuestra tontería es excusable, dado que nacimos con ciertas limitaciones. Es nuestro sino porque en tiempos pasados nos lo arrebataron.
Ahora es el momento de recuperarlo.
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