31 de Diciembre: Último Día del Año, Alegres Deseos

Bueno, tenía que pasar, como cada año. Sí, he descansado dos días, o uno, pero estuve ocupado, en otros asuntos literarios, con archivos que he de ir empezando, y otros acabando. De todas maneras, el año ha sido muy movido, y dudo que muchos de nosotros piense que se dará por finalizada nuestra existencia. Como una Ley de Murphy: cuando todo el mundo está nervioso en la empresa, y hay uno que permanece tranquilo, eso significa que está pasando nada nuevo. En este caso, hasta con la existencia pasa lo mismo. Y sobre todo, con la Generación Rápida, en donde todo transcurre digitalmente y sin pararse, sin respiro. Por suerte, a mí me gusta escribir on line. Nada de escribir desde el correo, o con las entradas que pueden salvarse. Cada uno escribe como quiere, porque, como dejó dicho Pedro Reyes en Makinavaja, cada uno es cada uno. Mejor filosofía tan respetable como esta, es digna de elogio, en cuyo caso, prefiero que cada sea cada uno, no vaya a ser que nos comportemos como copias baratas, o clones, que, dependen del mismo mensaje, sin apenas, en este caso, examinar y analizar lo que se dice o escribe, como loros que repiten sin saber. De manera que, en este año que termina, y que empieza uno nuevo, ha sido, dentro de unas horas, el año de cada uno. El año que viene, que llegará dentro de unas horas, unas ocho o nueve, exactamente, esperemos que mejore algo, y que los socialistas no ganen las elecciones, que son mercaderes de España. El Zejador ya vendió la Soberanía (seguro que los Bilderberg se están frotando las manos con la adquisición); y España, se está vendiendo por sus intereses. Pero no sigamos por este camino.

En fin, que espero, como todos, que el año que viene, sea mejor que este, y que mejore como el vino viejo, el año siguiente. Y,sobre todo, que haya alegría, y que, bueno, lo de siempre: yo continuaré escribiendo. Y no me importa que no me lean (¡que cada uno es cada uno!)