No he visto venir lo del altercado entre las fuerzas del orden y los radicales de Londres, por la muerte de un muchacho por un Bobby. En este caso, el caos tiene su manera de ser. Pero que, llegado a este, en los barrios más pobres de Londres, Brixton, o en Tottenham, bueno, que uno no se lo espera. Sin embargo, estoy seguro de que hay algo más que la crisis económica, o que el empleo se convierta en una leyenda.
Londres no es la única ciudad en donde hay disturbios: en Siria, pasa un tanto de lo mismo, y más, en todo el mundo árabe e islámico. Pero no hay que confundir rebeldía con manifestación o una dictadura que empobrece al país en cuestión. Me han gustado las palabras de David Cameron, el Primer Ministro del Reino Unido: “Si eres adulto eres consciente del crimen cometido, y eres responsable de lo que has hecho, y conoces las consecuencias”. Creo que alguien le ha escrito el discurso.
Quemar un edificio histórico es un delito, y se asemeja a algún disturbio que hubo cerca de los años 1980, del siglo pasado. Por esa época, también hubo altercados en uno de los barrios obreros de Londres, en una de las muchas crisis que nos ha asolado y golpeado. La Policía actuó en consecuencia para restaurar el orden.
El mundo es un hervidero de violencia. Parte de la culpa es de los políticos, que sólo se escuchan a sí mismos, y rompen las promesa, para venderlas por un voto o más. Han cometido el error de no tomarnos en serio (nunca lo han hecho) y así les va, que la justicia personal se transforma en el dragón del caos y la barbarie. Si hubieran escuchado, en lugar de tratar de enriquecerse, o de demostrar quien es el fuerte, los hechos no hubieran sido tales, y eso que la barbarie y la destrucción forman parte del gen humano. Hemos llegado tarde, sin duda.
Londres no es la única ciudad en donde hay disturbios: en Siria, pasa un tanto de lo mismo, y más, en todo el mundo árabe e islámico. Pero no hay que confundir rebeldía con manifestación o una dictadura que empobrece al país en cuestión. Me han gustado las palabras de David Cameron, el Primer Ministro del Reino Unido: “Si eres adulto eres consciente del crimen cometido, y eres responsable de lo que has hecho, y conoces las consecuencias”. Creo que alguien le ha escrito el discurso.
Quemar un edificio histórico es un delito, y se asemeja a algún disturbio que hubo cerca de los años 1980, del siglo pasado. Por esa época, también hubo altercados en uno de los barrios obreros de Londres, en una de las muchas crisis que nos ha asolado y golpeado. La Policía actuó en consecuencia para restaurar el orden.
El mundo es un hervidero de violencia. Parte de la culpa es de los políticos, que sólo se escuchan a sí mismos, y rompen las promesa, para venderlas por un voto o más. Han cometido el error de no tomarnos en serio (nunca lo han hecho) y así les va, que la justicia personal se transforma en el dragón del caos y la barbarie. Si hubieran escuchado, en lugar de tratar de enriquecerse, o de demostrar quien es el fuerte, los hechos no hubieran sido tales, y eso que la barbarie y la destrucción forman parte del gen humano. Hemos llegado tarde, sin duda.
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