No lo hace, y está comprobado. Pero la culpa de la defensa de la Policía, que hizo bien, contra la violenta manifestación laica, no fue desproporcionada. Como en una batalla de críos, empezaron ellos. No tenían porque pegar a los peregrinos, y la Policía cumplió en su cometido. Por lo menos, aunque los peregrinos pusieron la evangelista Otra Mejilla, saltó Rubalcaba, y se ha decidido a crear una comisión de investigación sobre la actuación de la Policía, ante tamaño desarreglo de un Gobierno débil que calla, pero que no otorga.
La violencia no arregla nada, porque, en este caso, los peregrinos sufrieron la desgracia del insulto, el desprecio y el menosprecio, como personas. Y, encima, estos manifestantes laicos, de la extrema izquierda, seguro, se dedican a culpar a la tradición cristiana, y no a oponerse a un Gobierno que ha reventado la economía del país. ¿Acaso no han aprendido que la violencia no arregla nada?
Ahora bien, estoy de acuerdo que la Policía se dedique a dar las guantás justas. Ni más ni menos. Otra cosa es que los peregrinos tengan que sufrir, en sus carnes, los desmadres de esos locos izquierdistas que no respetan ni a su abuela, y que se la cenarían sin dilación y con sonoros efluvios musicales.
La violencia no arregla nada, porque, en este caso, los peregrinos sufrieron la desgracia del insulto, el desprecio y el menosprecio, como personas. Y, encima, estos manifestantes laicos, de la extrema izquierda, seguro, se dedican a culpar a la tradición cristiana, y no a oponerse a un Gobierno que ha reventado la economía del país. ¿Acaso no han aprendido que la violencia no arregla nada?
Ahora bien, estoy de acuerdo que la Policía se dedique a dar las guantás justas. Ni más ni menos. Otra cosa es que los peregrinos tengan que sufrir, en sus carnes, los desmadres de esos locos izquierdistas que no respetan ni a su abuela, y que se la cenarían sin dilación y con sonoros efluvios musicales.
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