Ghadafi oculto

Saben donde está pero no donde se encuentra. Lo sospechan. Las primeras informaciones indican que es posible que haya salido del país. Otra, que quizás, no lo haya hecho, y el dictador y sátrapa (en el sentido más hiriente de la palabra) esté relajándose en un búnker que mandó construir por si su dictadura se desmadrase, cosa que ha hecho. Un destino es seguro: hasta cabe la posibilidad, nada remota, de que viaje hasta Venezuela, ya que le apoya el Mono Corroncho. Entre que el primero imita muy mal a Julio Iglesias, y el segundo que es una mala bestia que está empobreciendo al país, da la sensación de que el mundo se ha transformado en un solar que hay que explotar, hasta que no quede nada. Esto se ha reflejado en los cortes de luz y de agua en Libia, en la capital y alrededores. No contento con destrozar a los civiles y acribillarlos a tiros, decide, con suprema jerarquía y poder, como un dios maligno, diezmar a la población con sed, y dejarlos ciegos, por la noche, sin luz. A este paso, la población mutará en una especie de manadas y bandadas de Men-Bats, y me disculpe DC por utilizar esta metáfora, porque, después de Ghadafi, queda mucho por hacer. Pero, de momento, no hay "después". Las presiones de la comunidad internacional no parece haber hecho nada, mientras uno de los hijos del propio dictador libio, está buscando la manera de incorporar fieles a su política, padre y partido, para desbaratar los planes de los insurrectos. Incluso una presentadora de la televisión libia, se ha retratado, en pleno directo de las noticias, con una pistola, apoyando una política que se derrumba a ojos vista. De todas maneras, Ghadafi lo lleva claro: amenazó a Sarkozy, con la intención de provocarle un atentado. Este tipo de ideas: atentar contra otro político, siendo europeo, es muy grave, y Obama ya ha dado el aviso de que la caza ya ha empezado, parece. Y no sólo por el petróleo, sino porque ahora sufre todo un país en una agonía infinita (si la agonía lo es, desde luego), y con la mayor tasa de paro-más que en España, incluso-en donde la opulencia no se lleva bien con la pobreza más extrema, y la miseria más trágica. No está mal que quemen su semblanza. Se lo ha ganado a base de tiros.