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miércoles, 17 de agosto de 2011

Strike! BRUMA ESMERALDA

Los astrónomos no se ponían de acuerdo sobre una masa nebulosa verde fosforescente. De hecho, calcularon que la luz emitida había tardado en llegar a la Tierra cerca de diez mil años, en su viaje interestelar. Por primera vez (como en otras ocasiones) los astrónomos, astrofísicos y una gran cantidad de sabios de la comunidad científica, estaban equivocados. Sin embargo, la “Bruma Esmeralda” tal como la llamaron, continuó aumentando, hasta acercarse peligrosamente al Sistema Solar.
Los políticos también se encontraban preocupados, pues las noticias alarmistas habían saltado a todos los periódicos y la prensa amarilla, exagerando las desventajas y los inconvenientes de esa bruma verde fosforescente que se deslizaba por el espacio con una libertad sospechosa. Los tabloides no se equivocaron: se trataba de un grupo extraterrestre, o agentes de alguna aglomeración de agentes del mismo. ¿De dónde? No lo sabían, de manera que se perdieron en conjeturas.
Strike! refrescándose en el ático del Edificio Wayne, tomaba una merienda-cena, ya anochecido, y no le costó nada advertir que la bruma esmeralda se avistaba sin telescopio, y con una claridad meridiana. Puso en funcionamiento un poder que su padre o antepasado original no había utilizado nunca: la vista avanzada, o zoom visual, y lo que divisó lo dejó sorprendido y anonadado.
Unos seres extraños y algunos humanos o humanoides, volando hacia la Tierra, en grupo de un millón de individuos, con anillos esmeralda con el dibujo de una primitiva linterna de color verde. Los trajes eran verdes y oscuros, y el símbolo brillaba en sus pechos (también había mujeres, muy hermosas, por cierto), y con una luz que lograba que el dibujo impreso en el traje sobresaliera del mismo.
Uno de los Linterna Verde (lo dedujo Strike!) se adelantó y fue a aterrizar en pleno ático. Su cabello era blanco, pero físicamente estaba en forma.
-¿Murió Hal Jordan?-preguntó Strike!, con ingenuidad.
-No, exactamente. Soy su tataranieto. Cal Jordan. Sustituí a un Kyle Rayner destruido por su excesos. Demasiado Parallax en poco tiempo.
-Pero Kyle Rayner también murió.
-Sí, es cierto. Pero tuvo un hijo que decidió no seguir el camino de su padre. ¿te suena Rayner Kinetics Comics?
-Sí, he leído alguno, y los colecciono, en inglés original. No lo sabía. Pero siguió el “otro” camino de su padre.
-De su antepasado, más bien-corrigió Cal Jordan.
-De su antepasado.
-Ganthet te necesita.
-Tendrás que hablarlo con Doc Eckman. De momento, estoy entrenando mis poderes, y no alcanzo el 500 por cien. Sería una flaca ayuda.
-El viejo Doc Eckman. A mí, me decía lo mismo. También me entrenó.
-¿Sí?
-Desde luego, Hijo de la Casa de El. No habrá ningún problema. Además, conocerás nuevos mundos.
-Eso mismo le dijeron a Cristóbal Colón y descubrió América, en vez de las Indias Orientales.
Y Cal y David-El rieron. Más Linternas Verdes aterrizaron en el ático del Edificio Wayne, entre ellos Kilowog, que nunca envejecía, pero ya se le veía mayor, y chicas y mujeres de distintos mundos, alguna humana, y seres que Strike! no sabía que existían.
Doc Eckman tenía la última palabra, y Cal Jordan se dirigió al laboratorio del galeno.
-Hay cosas que nunca cambian-exclamó Doc Eckman tras escuchar a Cal Jordan.

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