De la furia y otras consecuencias

Estoy esperando, y pensándomelo

La furia no es buena consejera, pero si se utiliza de manera positiva, la sangre nunca llega al río, y así se espera. Es imposible soportar las malas noticias, pero no hay que estallar así como así, porque, de alguna manera, la furia no es la salida. Y lo peor, cuando uno trata de ser educado, y buscas un libro, que se encuentra en stock, y te dicen: está agotado (cuando en la página de la misma librería dice lo contrario) y te obliga a esperar una semana, ¡cuando tienen el ejemplar del libro! Entonces, una de dos, o están tomándole el pelo, o la sensación es mejor que se quede en nada, y a esperar. Naturalmente, la dependienta que me atendió, ignora que hace más de dos semanas en las que he consultado la página, y que el libro no se ha agotado.