Las horas recuperadas

Propongo a Sophie Dee para ocupar el primer pupitre de la primera fila de la clase, obviamente

Leyendo y recuperando horas perdidas, el Libro de Urantia encuentro respuestas que me han dado una nueva manera de ver la Metafísica y la Teología, en este caso, la aristotélica-tomista que, por cierto, es muy limitada. Al parecer, los habitantes del Sistema Solar, esto es Urantia, del Universo Orvontón, en realidad, somos absonitas, como todos los seres del Superuniverso, que contiene varios, y que no somos, como defiende Aristóteles y Aquino, entes que son movidos por una entidad superior, sino que somos tales, y que no necesitamos que nadie nos mueva, teniendo en cuenta que Dios, ese Superser o Suprainteligencia, nos ha otorgado la libertad de hacer lo que tengamos que hacer, con plena libertad y responsabilidad. No dependemos de Él, para ser, sino que somos tales, porque nos permite total independencia, y no un Dios Motor que tenga que movernos, para ser entes, es decir, que ya somos entes, pero entes independientes, con libertad de acción y movimiento propio. Y eso es una alegría, y no aquello que, tanto el filósofo griego como el escolástico defienden. Si fuéramos así, nuestra existencia se vería limitada, y eso no es posible. Somos creados, porque esa es la labor de la Suprainteligencia, crear, y dejarnos en paz, y mantener el equilibrio de toda creación, y eso es un respiro, porque depender de Alguien, no parece que sea sano, sino que necesitamos caminar y volar por nosotros mismos, si así es posible. A mi me vale. Además, tanta pregunta sobre algo tan lógico, y que pone en un tris la Filosofía Oficial, me basta, porque tratar de averiguar qué clase de entes somos, ya provoca demasiados dolores de cabeza, que es necesario centrarnos, no sólo en nosotros, sino en TODOS, no nos da la suficiente autoridad para plantear preguntas que conllevan respuestas ruinosas, y Aquino se ha quedado atrás, en el último pupitre del aula, por cabezón.