La cultura está mal repartida por el mundo. Unos tantos, y otros, de nada. Es posible llegar a confundir a un crío, según el país latino y corrupto, cuando le regalan un libro, este sospecha, porque ha vivido y vive, una realidad muy dura, en donde el crío es motivo de cambio, un producto más, que se introduce, a la fuerza, en un submundo oscuro y repugnante. Entonces, viene lo peor. Quiere leer un libro, pero su mundo ha sido limitado por el terror y la violencia. De hecho, si no coge un libro, lo sustituye por una pistola. Futuro muy poco halagador, y parece mentira que esto suceda en Colombia, y no es de extrañar. El miedo es el arma que deja al niño indefenso, pero que demuestra la cobardía del criminal.
La escasez de libros, y una falta de cultura, en un país o países, en donde los derechos de todo ser humano, han dejado de respetarse. Suma y sigue.
La escasez de libros, y una falta de cultura, en un país o países, en donde los derechos de todo ser humano, han dejado de respetarse. Suma y sigue.
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