Transcurso de un día no resuelto |
Me da la sensación de que hay días que permanecen incompletos y sin solución alguna. Por ejemplo, los días en los que crees que puedes aprovecharlos y, sin embargo, dan la sensación de que se han atado, y no es posible liberarlos de su corsé.
Por eso, creo que la sensación es más incomprensible. Los días no pasan en vano, pero se suceden a una velocidad endiablada, como si no se tuviera tiempo de nada, y estos decidieran que son imposibles de sujetar o atrapar.
Los días continúan, sin ningún sentido, o se repiten. Porque el eterno retorno existe. Las mismas fechas no siempre significan lo mismo para todos. De ahí que la sensación sea, por lo menos, más precisas, pero, por lo demás, más imprecisas aún. No es lo mismo hoy domingo, que un domingo de hace unos dos o tres años. En ese domingo, la entrada fue bien diferente.
Por eso mismo, los días quedan sin resolver, hasta tal punto que, en ocasiones, los días no se resuelven, sólo pasan (y sé que estoy divagando); pero, ¿se suceden adrede? Respuesta compleja, porque la percepción que cada uno tenemos del tiempo es bien distinta. No es lo mismo, por ejemplo, que un día transcurra de una manera, o de otra. Pero el tiempo está ahí, es otra dimensión, y parece que va a seguir así.
No sólo hay días sin resolver. Hay momentos que nunca se resolverán, y que permanecerán en la oscuridad, porque, así, el misterio de esos días, sus muchos misterios, nunca quedan al azar; pero, si sabemos lo suficiente sobre el tiempo, está claro que el paso de los días carecen de importancia, desde luego, hasta cierto punto.
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