El Paladín contra los Husmeadores |
A la hora de escribir, y aún gracias a la Red, no es difícil buscar historias, después de todo el almacén de información que es nuestra tan conocida y homenajeada (y algo maldita, también) que es nuestra Aldea Global. Hay mundos vírgenes que no entran; pero estos se hallan en el Cuarto Mundo, y de esto ya escribiré en otra entrada, pero en una etiqueta bien distinta.
Decía que es fácil encontrar historias en toda la Red. Y es cierto. Ahora, la información llega más rápido, al día siguiente, o en cuestión de horas. Podemos escuchar esas historias en YouTube; o en los periódicos digitales, ver, de alguna manera, la información, y pensar, por nuestra cuenta (si hay algunos valientes que defiendan esta teoría) y empezar a decidir por nosotros mismos. Además, a los escritores se nos ha de conocer por nuestra autonomía, y no dependencia de nadie. Pero da la casualidad de que la Realidad, nos da con la puerta en las narices, canda la puerta, y tira las llaves.
Por eso, a la hora de escuchar, también tenemos a las personas (de todo tipo y condición, a los traficantes y demás, mejor dejarlos fuera), y que también tienen intención de narrar su historia. Para escribir, basta con irse a una cafetería, y si uno va solo, saca la libreta, y con el café o una hamburguesa, decide que es el momento de liberar los demonios, adelante.
Al principio cuesta un poco. Lo sé, porque, en una ocasión, siempre está el oteador o husmeador de siempre: escribes, y el señor o el cotilla, se dedica a mirar que estás escribiendo en ese momento (suele suceder en el Metro y en los autobuses de línea); lo mejor es ignorarle. El único punto débil consiste en mirarle directamente a los ojos, de manera hostil, y su cabeza girará, o comentarle: ¿Mucho tiempo libre, eh? Entonces, se turbará un poco, pero pondrá cara de que lo has acosado, entonces, te dejará en paz, y ya más tranquilo, podrás escribir. Yo lo hago raramente; pero siempre cae algún Husmeador, y la situación se complica. Hay muchos Husmeadores en todos los medios de transporte. Son una plaga.
Procura, sin embargo, escribir sin pensar, pero no distraerte, y procurar escuchar y escucharte al escribir. Nos vemos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario