Para no olvidar. Porque, el amigo que se ha perdido, no se ha perdido para siempre, pues está con nosotros. Siempre estará con nosotros. Pero el cáncer es siempre el aguafiestas que se mete en medio, o para arrebatar una de las muchas vidas que siega, o se dedica al sufrimiento de quién lo ha contraído.
Sé que nos quiere ver alegres. Pero, aún estando alegre, sabemos que es una pérdida, porque el cáncer no distingue entre personas o clases. Claro que, por lo menos, los días o tardes de debates, opiniones o cualquier otras pláticas o discursos, no se acaban, porque queda el recuerdo del amigo que ya no está, pero está. Porque siempre está.
El refugio para él, en nuestros corazones. Que sepa que ni le olvido, ni le olvidamos, porque siempre está presente. Y eso es lo que cuenta.
Brindo por él, y de parte de todos nosotros.
¡Larga vida a Tusitala!
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