Sorprende Alexis Álvarez Pizarro con esta novela sobrenatural, que es un guión, y que pierde algo de fuerza debido a la poca consistencia gramatical al ver el resultado final.
Dos gemelos que reencarnan superpoderes sobrenaturales para salvar el mundo, y el equilibrio del Universo, son los recipientes en donde un arcángel, Uriel, y un ángel caído, penetran en los cuerpos para vivir su batalla cósmica personal entre el Bien y el Mal. Ambos se encuentran en la Tierra, cuando ya son adultos, y les nacen un par de alas. Cada uno pasará por su propio calvario e iniciación, porque su karma está manchado por alguna mala acción (teniendo en cuenta que los ángeles son seres de luz, y sin mácula alguna); en realidad, el guión es una película de acción fantástica en toda regla. Si acaso, yo mejoraría la gramática. Hay palabras que no se han corregido, expresiones que suenan y chocan como colosos, y la acción de los diálogos, la agilidad, demasiado atropellada.
Ignoro si el autor ha corregido a conciencia la novela, porque hay saltos gramaticales y temporales sin sentido alguno, y esto tiende a confundir al gran lector, que sabe es una buena historia, pero parece que escrita a toda velocidad y descuidada. La trama está clara, pero su desarrollo literario, no es confuso, pero narrar en pasado y presente, sin estar justificado, arrebata profundidad a una historia que no debería ser atropellada, como el accidente de Uriel.
Por lo demás, la novela se lee con facilidad, pero el lector busca algún tratamiento más profundo en la eterna Batalla del Bien contra el Mal, en donde los visos de culpabilidad no dejan de ser patentes en la narración.
Álvarez Pizarro, y es un consejo, debería cuidar el estilo, que es preciso, pero débil, y no narrar de manera atropellada. Es una suerte que existan novelas de este tipo, en las que el autor presenta el guión, mezclando los tiempos verbales, que es un error de campeonato, y que, si se molestara un poco más, debería tener cuidado con descuidar la gramática (acentos, palabras, tiempos, etc.) y con una profundización en los personajes, que parecen troquelados para un cómic, y no para una novela.
Por otra parte, la idea es buena, pero se la puede sacar más partido, si al escribir, se estuviera creando una obra maestra, y no un trabajo de albañil, en donde sólo se limita a escribir sobre grandes temas, el enfrentamiento del Bien contra el Mal, queda reducido a un concepto excesivamente simplista de nuestra época.
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