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miércoles, 3 de diciembre de 2014

De los momentos aburridos de la Historia

Power Girl para no caer en el tedio
Seguramente existe un momento de la Historia, o varios momentos, en los que genios como Da Vinci o Einstein o artista como El Greco, en los que no tenían nada que hacer, y se aburrían. Es posible que Da Vinci saliera a pasear, para tomar un poco el aire, o que, durante sus noches gastadas rajando cadáveres, se tomara algún respiro, porque la Inquisición lo seguía en la profanación de los cuerpos que estudiaba, y la Iglesia, aunque dio su autorización, tampoco apartaba la vista de este Hombre del Renacimiento, con la equivalencia de ser una especie de sabio superhéroe.
Y Einstein: ocupaba sus horas de trabajo en la oficina de patentes intentando descifrar el Universo, el Tiempo y el Espacio; seguramente, se escaqueaba la mitad de las veces de un empleo lineal y aburrido. Y, desde luego, no se aburría del todo. Es posible que la construcción y creación de la Bomba H o Nuclear, fuera consecuencia de dicho aburrimiento. El tedio del genio.
Platón debía de aburrirse lo suyo en la Academia. De ahí sus famosos Diálogos. Cabe la posibilidad de su apreciación para hablar, que escribir. Y en esto, cien o mil personajes históricos más. Cada uno tenía su ración de tedio, porque llega a todas partes.

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