Relajándose en la ducha |
Que el mundo está desquiciado, lo sabemos todos. Ha perdido el control, y no sólo por quienes nos gobiernan, sino por los gobernados, nosotros, porque les interesa a ellos. La paciencia ya no es una virtud debido a los delitos que se cometen, y suelen ser de sangre, que son repugnantes, porque se paga con personas y niños que de nada tienen la culpa. Estas explosiones intempestivas son las que nos convierten en peores bestias que los animales. Un perro educado por su amo, explota cuando ve una injusticia, pero no para atacar, sino para dejar las cosas claras, y evitar daños peores. Y eso es lógico; pero cuando no se le educa en el respeto, se vuelve contra su amo y otras personas. Casi lo mismo nos pasa a nosotros, teniendo en cuenta que nuestro descontrol es inducido. Y la violencia y la ira, si no se canaliza bien, para el bien, suele ser desastrosa. Nunca se ha ganado un combate con la violencia, porque los perdedores son ambos. La furia ciega, también.
No hay comentarios:
Publicar un comentario