Por lo menos, el tiempo metereológico al que estamos acostumbrados. Sol y verde, y la temperatura no muy alta, pero tampoco muy baja. Y los árboles siempre dispuestos a dar sombra y consolar al paseante, cuando el calor aturde, emborracha y embebe.
Da la sensación de que ahora, este paisaje se aleja, ligeramente, pero con las lluvias, se lograra recuperar aquello que la Naturaleza destruye. Pero se tendrá que esperar un poco de tiempo, claro. Se nos vienen encima muchas cosas.
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