Es una primavera vestida de verano. Pasé la tarde en Libros Libres. No estuve menos que unos minutos. Pormenores del tiempo. Fui a la calle Covarrubias que, por experiencia, por la tarde (abren a partir de las 12.00) pasé un tiempo corto, hasta que encontré un par de libros de interés. Dos novelas. Antes de llegar casi me quedo sin aire, porque tuve, en este caso, que subir una cuesta, no muy pronunciada, pero el sol castigaba demasiado. No parece primavera.
Es casi verano. Llegué agotado. Saludé. Me saludaron, y dije que era socio. De todas maneras, no pensaba, en este caso, estar mucho tiempo. Lo del Metro fue tranquilo, pero fue lo peor: catorce estaciones de la Línea 4, desde Mar de Cristal, hasta Alonso Martínez. Toda una odisea, pero sin obstáculos. La subida, con sol, fue perpetua. Tropezaba con sombras, pero el calor era insoportable. Llegué, y pronto me fui. Y es que Alonso Martínez me pilla en la otra punta de Madrid.
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