Entradas Universales

martes, 10 de septiembre de 2013

El momento de escribir

El momento de escribir no se elige. Ocurre lo mismo que con los libros. No se elige leerlos, te eligen. Hay días en los que nada ocurre, y sucede que ese no ocurrir es no momento. Entonces, no es necesario escribir, y esperar. Pero llega el momento en que la hora de escribir es irremediable. Y ya no se escribe por obligación, sino por placer.
Claro que, el momento da igual, porque se puede escribir en cualquier momento. Y ese momento, llegará, tal como me llega a mí todos los días. Pero eso se andará, y cuando se camina, se hace lo propio y con placer. Llega el momento en que se convierte en una necesidad.
Y, en el momento de ponerse a escribir, el azar es circunstancial. Si has de escribir escribe. Y nada queda pues, al azar. Porque soy de los que creen que no queda nada al azar, de tal forma que, como Einstein, Dios no juega a los dados con el Universo (pero bien puede no ser así), y he aquí, que acabo este breve apunte.
Nos vemos.

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