Entradas Universales

lunes, 2 de septiembre de 2013

Imaginación

Nos encontramos encerrados, en ocasiones, en nosotros mismos, de tal manera que, cuando nos abrimos, algunos tememos dañar o hacer daño. Pero, por suerte, la escritura llega en nuestro auxilio. La cárcel del sufrimiento nos la imponemos nosotros mismos. Una de las salidas consiste en evitar el aislamiento. Uno puede ser solitario, pero no aislarse, porque es perjudicial.
Es posible aislarse, pero, por mucho que afirmen que aislarse no lo es, es. De ahí que, como animales sociales, necesitemos de los demás, en muchos casos, para sobrevivir, de tal manera que, lo deseemos o no, sigue siendo nuestra relación con los otros aquello que nos salva. Claro que, la caída, viene implícita en el asunto. Cuando se cae en desgracia, el aislamiento es oportuno, para pensar las cosas, y meditar. Y decidir. El único defecto es que todos dejamos cadáveres por el camino. Del pasado, y del futuro pasado.

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