Este mes de enero no ha habido diferencia entre el de este año, y el anterior. Se han sumado tragedias, despropósitos y corrupciones. La política ya no es lo que era, y se ha transformado en una política troquelada, en donde los títeres somos los ciudadanos. Si nos cortan las libertades, ellos dan poder a los estamentos de la Ley, para que esas libertades sean asfixiadas. Y eso de dar poder a los vigilantes de seguridad, es la peor idea que han tenido. A la Policía le deberían dar ventajas; pero, claro, temen que la Policía se tome ciertas libertades, cuando su misión consiste en defender los intereses de los ciudadanos, que los políticos ignoran.
Para el próximo mes, me voy a dedicar a meditar en algunas entradas, que diseminaré en algunas etiquetas. La Historia la deberíamos escribir nosotros, porque está visto que hay poco respeto, incluso en Cataluña, una comunidad que nunca ha sido un país, teniendo en cuenta que Cervantes nació en Alcalá de Henares, y que, en su vida, ha pisado Barcelona, que pudo hacerlo, teniendo en cuenta que el apellido Cervantes es de origen hebreo, y que fue, quizás, algún antepasado de él, un "marrano", es decir, un judío converso. De catalán, ni la piel, desde luego.
Pero hasta aquí escribo. Quedan 28 días para ilustrar.