Empieza el mes fresquito, con temperaturas que suben y bajan de la manera más excéntrica. Este mes arrastra la crisis de los anteriores, hasta tal punto, que por mucho que nos digan que la situación se está arreglando, en realidad, es una falsedad más. La crisis no se arregla de un plumazo, cuando, en realidad, a los países que no pueden recuperarse, Bruselas y la Merkel los dejan en la estacada. Exigen lo imposible, teniendo en cuenta que los alemanes sólo se impusieron el 1% de interés, para devolver el dinero, mientras que los demás países (incluso Francia) ha de pagar 23 o 25 veces el porcentaje por el préstamo de la deuda. En el fondo, Merkel es una hipócrita, con la excusa de que los alemanes pagan más.
Pero, bueno, como no soy el más indicado para escribir de economía, este mes, damos la bienvenida a la 72 ª Feria del Libro de Madrid; creo que este año con unas cuantas casetas más. Por lo menos, un respiro entre tanta tristeza, pero que durará hasta el 16 de Junio. Dentro de lo malo, la literatura acompaña; pero no significa que acompañe poco.
Mientras no se la lleven, la existencia, los tiburones de la política.
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