Entradas Universales

martes, 15 de marzo de 2011

No hubo tal, pero pagué


Siempre, en esta Memorabilia, siempre vuelvo sobre hechos que no se resolvieron, o se resolvieron mal, a favor, claro está, del cobarde y chivato de turno. Respecto a sí actué llevado por la venganza. No hubo tal, pero pagué. Sólo se debió a un comentario que, de mal gusto (pero sin insultar); el sujeto, en cuestión, muy resguardado en su anonimato, pero de profesión jefe de cocina; ahora espero que el tiempo lo haya tratado a patadas, que se lo merece, primero me insultó él. delante de todos. Poco me importaba el insulto; pero se hallaba en juego, no sólo mi dignidad, sino mis derechos y mi respeto (que me da la sensación que, en la antigua Caterair, o Sky Chefs, antes Marriott España), decidí hacer una réplica dolorosa sobre la mujer del jefe de cocina. Pero no era un insulto, ni una ofensa, sólo un comentario que, desde luego, hizo daño; mas demostró la piel de zapa y lo apestoso que era ese jefe de cocina. Un miserable, que aprovechó para actuar como una perra chivata-como suele decirse en lenguaje carcelario- que, desde luego, no habría sobrevivido. ¿De qué me había servido dejarme la piel durante seis meses, para luego, por la mente infantil de ese jefe de cocina, y no pienso retirar estas palabras, que harán más pupa, se dedicó a la traición, y la mitad de lo que debió inventarse en esa mente podrida y depravada-al parecer muy enamorado de su hijo-, para hundir el futuro de alguien que sólo iba a trabajar? Por eso, siempre he desconfiado, en cada empleo que he tenido, del compañerismo; o como la traición, el último día, de "El Mellado", un viejo arrugado con quien me tropiezo todos los días, cuando paseo a mi hermanastro perruno, Hércules, Hijo de Zeus. Espero que, si algún día tropieza con este Códice, espero que se le suelten las tripas y se licuen de manera torturadora y dolorosa.

No hay comentarios:

Publicar un comentario