Este país se ha llenado de bucaneros y filibusteros, y de piratas. Desde luego que, los Jack Sparrow de ahora, se dedican a dejar sin dinero a los desempleados y a tener cuentas en Suiza, y en otros paraísos fiscales, más allá del Caribe y lo que no es el Caribe.
Por lo menos, Jack Sparrow reconocía que debía dinero a todos sus colegas de los mares; pero estos, no quieren dar explicaciones, y delegan responsabilidades en la justicia, como si al hacerlo, les eximieran de toda culpa. Hecho que es aún más terrible, si tenemos en cuenta que, de una manera o de otra, ambas fuerzas políticas (PP y PSOE) deberían dejar de existir.
No es de extrañar, han dado facilidades a ETA; han regalado nuestro dinero, de los impuestos, a países que, en el fondo, nos odian; se han dedicado a decir una cosa mientras actúan de una manera distinta. Y no desean admitir que son bucaneros y filibusteros, por si van a la Isla Tortuga y los detienen a todos.
Se les llena la boca de: ¡eso es mentira! Nos han tomado por lo que no somos, y eso es un precio muy alto a pagar. Cuando se quieran dar cuenta, habrán perdido, no sólo la confianza, sino los votos, hecho que, desde luego, es mucho peor, porque los dejan en muy mal lugar.
Ya no se trata de dimitir, sino de hacer las cosas bien, actuar con corrección y ser honrados. En estos momentos, vivimos en un país de piratas que nos están esquilmando. Por lo menos, Jack Sparrow reconoció, en el último momento, que tenía conciencia. Con la casta política que tenemos aquí, esto no pasa.
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