Sigue siendo difícil

Me refiero a escribir poemas o practicar la poesía, cuando se lleva un tiempo sin hacerlo. Es decir, sin escribir poesía. Luego, uno lee a otros poetas, y se ve el trabajo que hay debajo de sus trabajados escritos. En la poesía, en su poética, siempre hay un trabajo preliminar, y a los poetas mejores, ese trabajo consiste en escribir cada día.

Pero hay ocasiones en que no es posible. Versos malos siempre hay. No salen con naturalidad, faltan imágenes, y uno se queda atascado a la hora de empezar una nueva estrofa. Y no es tan fácil, teniendo en cuenta que hay una libreta que deberá corregirse cuando se termine, y seleccionar los poemas para un archivo, que Dios sabe cuándo, se utilizará o se llevará a la imprenta. Si es posible, que puede ser que no. Que va a ser que no.

Y luego, la sensación de que uno se queda incompleto, y la necesidad de mejorar. La posibilidad de retomar los pedales de la poesía, o de los poemas. Pero, bueno, suele pasar que no todos los días son iguales. No siempre salen bien, y no es un castigo, es un incentivo. Lo mejor es que se puede seguir leyendo poesía, y aprendiendo. Y, para eso, hay que leer. No queda otra salida.

Claro que, si se pudieran utilizar los Protocolos de Stark, se podría empezar de nuevo. Pero eso es irrealista, porque sólo sucede en la películas, y la vida es más compleja que la ficción. Siempre y cuando se sea un maestro en casi todas las artes.

Pero eso es difícil.

Mañana, un apunte más.