Días

Días en los que es imposible escribir porque hay otras tareas. Pero, por lo menos, es cierto que, en este caso, la situación es, sobre todo, bastante rocambolesca. Entre que tengo que pasar unos apuntes, y que no he podido, desde luego, en este caso, que hace tiempo que no escribo la novela. Se ha quedado parada, en  animación suspendida, hasta que llegue la nave, y la rescate.

Pero pasan los días, que se han dilatado hasta la exageración y, quizás por eso, cuando llegue el momento de escribir, de nuevo, retomar dicho ritmo, será un desafío.

Pero quedan, eso sí, sensaciones de disfrute, de escribir por el mero hecho de escribir, de disfrutar de la escritura. Pero los días pasan, y suceden otras cosas. Por el momento no he podido ponerme a teclear la novela, y llevo unos días en que el ansia por regresar a la tarea, por ponerme al trabajo, y muy en serio, quedan un poco lejos, pero ya se está acercando.

Parezco un profeta, pero no vaticino sobre el futuro, porque es muy lejano, y no el futuro inmediato, que es más inseguro aún. Pero he de volver al teclado, y a enfrentarme con la constancia de las líneas.