Dragones en la imaginación. Los dragones han ocupado la imaginación del hombre durante eras. Ha sido protagonista de cataclismos apocalípticos. O como criaturas de mal agüero, como algunos pájaros, como el cuervo. Pero la fascinación por estos lagartos, en ocasiones animales puros, y en otros, inteligentes (que guardan tesoros) ha sido su sublime momento.
Los dragones forman parte de muchas culturas: Europa, China, Japón, la cultura Mesoamericana, con la Serpiente Emplumada Quetzalcoatl, y un sinfín de culturas en el mundo. Todas ellas tiene su eje en común, que gira alrededor de estas criaturas. En China, por ejemplo, el emperador era descendiente del Dragón. Visto de esta manera, parece que el dragón era una especie de descendencia divina, de aquellos "que bajaron desde el Cielo". En muchas obras chinas, el dragón, es la esencia de muchas leyendas; pero son escasas. De hecho, la Alquimia china, que un emperador mandó quemar, y sólo para que durante su reinado, tratara sobre obras científicas ordenadas por él, sobrevivieron muy pocos libros que trataran sobre la sabiduría de los Dragones.
Muchos estudiosos creen (aunque creer no es una garantía) que la sangre de dragón, la sangre real, o noble, se trata de una civilización tecnológicamente avanzada, de seres de las estrellas, que vinieron a la Tierra, a unirse a la nobleza, en distintas épocas. Si hay documentación, entonces, las leyendas son ciertas, pero hay pruebas históricas, y se pueden encontrar en Youtube y parte de la Red, incluso en textos tan venerados como la Biblia y otras obras de culto religioso.
Es posible que los dragones fascinen por estas historias e investigaciones; pero los dragones de ahora, se alimentan con el miedo que nos provocan, porque tratan de controlarnos, pero su poder se está debilitando. Además, somos más.
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